La situación meteorológica de la región es el factor más importante a la hora de elegir la ubicación óptima de la planta, ya que la posición del sol nunca permanece constante a lo largo del día y del año.
Mayores niveles de rendimiento pueden lograrse cuando la radiación solar incide en el panel fotovoltaico verticalmente. Por lo tanto, es necesario decidir si la orientación se optimiza solo para el verano o si tienen en cuenta todas las estaciones.
Al contrario de lo que se puede suponer, el rendimiento de los módulos fotovoltaicos disminuye con el aumento de las temperaturas. Por cada grado de aumento de la temperatura, el rendimiento disminuye aproximadamente entre 0,35 y 0,45 por ciento. Por eso, éste puede ser mayor en los días cálidos de primavera cuando el sol está bajo que en los días calurosos de verano. En las regiones más elevadas, este efecto puede lograrse incluso en invierno, ya que el aire es más fino y por lo tanto la radiación ultravioleta penetra más intensamente.
La instalación fotovoltaica también está perfectamente equipada para la nieve. Los módulos fotovoltaicos comunes pueden soportar fácilmente una presión de 2.400 pascales (equivalente a 240 kg/m2).
En las regiones de mayor intensidad hay módulos que pueden soportar incluso 8.000 pascales. Cuando los techos son inclinados, la nieve se desliza por sí sola. Sin embargo, en techos planos hay que vigilar la capacidad de carga cuando hay fuertes nevadas y no poner en peligro el equilibrio estático.